1. Acabamos de escuchar el impresionante relato de la pasión de Jesús
Quizás no hay que decir nada más… Quizás lo bueno es contemplar…
¿Qué vamos a añadir nosotros, con nuestras pobres palabras?
¿Qué puedo decir yo ahora ante el proceso, la condena y la ejecución de Jesucristo, el hijo de Dios, hecho hombre y que pasó haciendo el bien?
Nos encontramos en Viernes Santo, hermanos, con dos miradas que les invito a hacer a esta hora de la tarde:
- Una: a Cristo, crucificado en la cruz… todos tenemos un crucifijo… lo miramos.
- Otra: a los crucificados todos del mundo, a gentes en guerra, a maltratados, a enfermos, a personas en soledad; y a tantas y tantas personas que, desde donde trabajan y como pueden, ayudan a los demás en estas situaciones duras de vida.
2. Contemplemos al Crucificado en la Cruz
Y al contemplarlo se nos pasarán por la mente muchas escenas que Él vivió desde anoche, Jueves, tras la Cena con sus discípulos, hasta ahora:
- Jesús en el Huerto de Getsemaní, quizás al pie de un olivo: orando, en soledad, traicionado, sabiéndose perseguido, sudando sangre…
- Jesús detenido, como un malhechor; Él, que pasó haciendo el bien…
- Jesús interrogado por gente corrupta: Pilatos, Anás y su yerno Caifás, Herodes (el que mandó decapitar a Juan), el Sanedrín…
- Jesús torturado: azotes, corona de espinas, burlas…
- Jesús a quien el pueblo, manipulado, desorientado y perdido, pide que no se le perdone, que se le mate… ¡A ése, no; a Barrabás! ¡A ése crucifícale!
- Jesús ajusticiado, clavado en la cruz…
- Y Jesús que ¡perdona! Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23,34).
- Y en su entorno, muy pocos que sí le querían de verdad: su madre, varias mujeres y un discípulo…
Es el Hijo de Dios que, hecho hombre, ha proclamado la verdad de Dios
y ha mostrado a la humanidad el amor del Padre Dios.
Es el hombre justo, el hombre que ha hecho el bien.
Es quien ha curado a paralíticos, ha dado vista a ciegos y ha expulsado demonios.
Es quien ha defendido a la gente sencilla, a los pobres, a los marginados…
Y… ¡hay que matarlo! Por todo lo que ha hecho, ¡lo llevamos a la cruz!…
Detrás del justo y santo que muere, ¿qué hay? Unos intereses bastardos…
Y siempre, violencia…
Intereses corruptos que corroen la mente de los distintos poderes:
entonces encarnados en Anás, Caifás, Sanedrín, Pilatos, Herodes.
Intereses que se han dado siempre en la historia y nos llevan a la violencia:
- Violencia que miles de hermanos sufren en todos los rincones del mundo… Así es la cultura del descarte, de la que habla el papa Francisco: a quien no produce, a quien ya no interesa, ¡se le descarta, lo eliminamos!
- Violencia del derroche, del mal reparto de alimentos, que lleva al hambre.
- Violencia de las armas, de la guerra, del terror… que asesina inocentes.
- Violencia de no acoger las pateras, y los inmigrantes… que buscan vivir.
- Violencia que mata al no nacido… al totalmente indefenso…
- Violencia con el hermano que dejamos solo…
- Violencia con el que muere mientras trabaja por la vida de los demás…
Muchos Cristos siguen sufriendo, y siguen muriendo…
Muchos están unidos a la cruz del Cristo de Nazaret, del Hijo de Dios.
3. Y tras contemplar a Jesucristo, contemplemos a quienes hoy han de
unirse, hemos de unirnos, al Crucificado
Es la otra mirada que hoy hemos de hacer: mirada a todos los afectados, de una manera o de otra, por las diversas crueldades de la vida que forjamos.
- Miles de hermanos sufren en todos los rincones del mundo…
Una ojeada de hoy… Lo que acabo de decir hace un momento:
- Violencia del hambre, del mal reparto de alimentos… del derroche…
- Violencia de las armas, de la guerra, del terror…
- Violencia de trata de personas: las pateras, los inmigrantes… los explotados…
- Violencia que mata al indefenso, al no nacido… Eutanasia para al anciano…
- Violencia con el hermano que dejamos solo…
- Violencia con el que muere mientras trabaja por la vida de los demás…
Muchos Cristos siguen sufriendo, siguen muriendo…
Muchos están unidos a la cruz del Cristo de Nazaret, del Hijo de Dios.
4. Y nosotros, ¿qué?
El Maestro y el Señor entrega su vida, por completo, hasta el final…
Nosotros esta tarde contemplamos…
Esa cruz es signo de amor, de generosidad, de darse enteramente…
No caben neutrales. En la vida verdadera no hay neutrales:
-O estoy con el Señor que se entrega, dándome con él…
-O estoy con los que olvidan al hermano, y lo traicionan…
Con mi manera de hablar, pensar, vivir… ¿con quién estoy?
¡Ojalá estemos con Cristo, dándonos, entregándonos, amando… aunque nos cueste
cruz!
¡Esa cruz es salvación!
Es el árbol de la cruz, ¡de donde surge la salvación del mundo!
Venid… ¡adorémosle!
5. Y María, allí en el Calvario
María, siempre, y hoy también, -madre al lado de cada uno de nosotros,
-llevándonos a su Hijo Jesús.
Antonio Aguilera