Un Pastor y unas ovejas
El domingo pasado el Evangelio hablaba de los pescadores (pesca milagrosa en el lago de Tiberíades), hoy habla de los pastores. El presente domingo, domingo IV de Pascua, se llama Domingo del Buen Pastor. Jesús, efectivamente, se presenta como Buen Pastor y las ovejas escuchan su voz y le siguen. Dice Jesús: “Mis ovejas escuchan mi voz… yo las conozco… ellas me siguen… yo les doy la vida eterna” (Jn 10,27ss).
Cuando Jesús hablaba de esto era en una cultura distinta de la nuestra. Quizás hoy alguien, malpensando superficialmente, podría decir “¿es que nos trata Jesús de borregos, de gente sin personalidad?”.
Por supuesto que no quiere Jesús una comunidad de seguidores como grupo de gente gregaria y sin personalidad. Al revés: Dios nos quiere mujeres y hombres con garra, con opciones personales, con coraje… Dios nos quiere comunidad, pueblo de Dios que toma las riendas de su vida.
Gastarse por
Lo que se está indicando con esta simbología sencilla pastor-ovejas es que hay Alguien-Pastor que da vida plena a quienes la necesitamos y no la tenemos.
Todos necesitamos de Alguien que se entregue, que nos dedique su vida, que nos llame, que nos levante, que nos guíe, que nos cure, que nos anime…
Y Jesús se comprometió ante el Padre Dios a eso, Él dijo: Aquí estoy, envíame.
Y Jesús así lo demostró: su vida al servicio de la gente, buscando siempre a la persona perdida, curando siempre a la herida, acogiendo al cansado…
Jesús llamó y nos llama, atendió y nos atiende, nos toma rotos y nos rehace…
Jesús vivió las características del Buen Pastor. Y las vive: atento para que nadie le arrebate sus ovejas, conociéndolas una a una, dándonos vida eterna…
Hoy “comunidad”, “comunidad sinodal”
Esa relación íntima y profunda pastor-ovejas, Jesús-nosotros, nos da una grandeza enorme, nos empuja con una fuerza impresionante, es vivir la comunidad de Jesús con nosotros, de nosotros con Jesús. Y es vivir hoy la comunidad eclesial, que es asunto de todos; y todos caminamos juntos… Retomamos el estilo de sinodalidad que todos hemos de apoyar…
En un nivel general, amplio, es vivir, es ser iglesia, es ser comunidad eclesial: la iglesia no se reduce a mi grupo, mi parroquia, mi diócesis… es la iglesia universal, católica = universal. Iglesia participada por todos…
El papa Francisco es el que hoy, por gracia de Dios, está especialmente llamado a ser buen pastor entre todos los seguidores del Maestro de Nazaret. Y como buen pastor se desvive por todos, ora por todos, nos guía con cariño a todos, nos abre horizonte… Lo está haciendo: afrontando problemas, viajes complicados a lugares difíciles, 36 visitas apostólicas a 54 países… Sus escritos: Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia, Gaudete et Exsultate, Fratelli Tutti…
Y nuestro obispo está llamado a lo mismo, más cercanamente. Y los sacerdotes de una parroquia estamos enviados por el Señor para lo mismo…
Y nuestros misioneros en Caicara del Orinoco desde 1956… Todos llamados para ser buenos pastores: con limitaciones, pero… ¡por esa senda!
Y continuamos necesitando nuevos pastores, nuevos servidores, según el corazón de Dios (Jr 3,15; Ez 34). La primera comunidad cristiana tuvo, nos dice la primera lectura, entre otros a Pablo y Bernabé, que anunciaron el evangelio a los gentiles: -Hoy han de formarse y prepararse en nuestro Seminario…
-Hoy, Jornada mundial de oración por las vocaciones. ¡Tanto las necesitamos!… Un aldabonazo a nuestras comunidades: ¿qué vocaciones surgen de vuestras familias, de vuestra parroquia? ¿Las pedimos y provocamos?
Los pastores, las comunidades consagradas al servicio de todos, tienen una gran misión, se olvidan de sí y se ponen a servir a Dios, a servir a la gente:
- Su tiempo, ¿para sí? … No, el tiempo es de la gente.
- Su dinero, ¿para sí? … No, sus bienes son para compartir con la gente.
- ¿Algún poder para sí? … No, su poder es construir fraternidad.
Pidamos al Señor que tengamos esas personas entregadas por completo a los demás. Con limitaciones humanas, pero al servicio… ¡Una misión preciosa!
Que haya gente que, como Jesucristo Buen Pastor, ayude a los demás a caminar hacia las fuentes de aguas vivas (2ª lec. Ap; y Salmo).
Y “Buen Pastor”, todos nosotros
- Buen Pastor: el Padre Dios, con su pueblo (Ez 34; Salmo 22).
- Buen Pastor: Jesucristo con sus discípulos y con toda la gente.
- Buen pastor: el papa, el obispo, los sacerdotes, las religiosas.
- Buen pastor: -Cada uno de los que aquí estamos.
-Cada uno de los que viven para los demás: familia…
-Cada quien que lleva el Evangelio a otros…
-Cada cual con su buena “profesionalidad”…
-Cada persona en el camino que Dios la ha puesto…
Rezamos todos por todos, para que brillen en cada uno las excelentes cualidades del Buen Pastor Jesucristo.
¡Que cada cual disfrutemos los excelentes cuidados del B.P., Jesucristo!
¡Que cada cual seamos buen reflejo de Él!
Antonio Aguilera