Bendición de los ramos: Mt 21, 1-11
La liturgia llama a este Domingo “Domingo de Ramos en la pasión del Señor”. Damos inicio así a la Semana Santa o Semana Grande, que es mitad Cuaresma (hasta le Eucaristía del Jueves) y mitad Triduo Pascual (desde esa Eucaristía hasta final del Domingo de Resurrección).
Y vemos muy bien expresado que este Domingo tiene dos dimensiones:
- Las alabanzas y gritos de alegría que la gente dedicó a Jesús en su entrada a Jerusalén.
- La Eucaristía, destacando en ella la lectura de la Pasión.
Mt 21,1-11: Entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén
Sabiendo que había llegado su hora, Jesús decide entrar en Jerusalén, es la ciudad mesiánica. Ya había proclamado el mensaje del Reino de Dios en Galilea, ahora va a la ciudad mesiánica y al templo. Ha llegado a la meta y con un gesto simbólico se va a presentar en la ciudad santa.
Estamos en una escena donde hay bastante de misterioso y paradójico, y muy importante: lo cuatro evangelistas hablan de ella. Y va a quedar claro que Jesús, a pesar de su “abajamiento” (cf. Flp 2,6ss) y de la humildad de su presentación social, era el Mesías, el Hijo de David. Y él, que siempre rechazó el aplauso y el que quisieran hacerlo rey, lo vemos aquí casi organizando la fiesta: “Id a la aldea de enfrente … encontraréis una borrica atada y un pollino … desatadlos, traédmelos…”. Y todo esto “para que se cumpliese lo que dijo el profeta”, porque era esencial para él, por tanto, el cumplimiento de la profecía de Zacarías (9,9-10):
“Decid a la hija de Sión:
Mira a tu rey, que viene a ti,
humilde, montado en una borrica,
en un pollino, hijo de acémila”.
El burro, en aquella época en Palestina, era la cabalgadura normal y de trabajo: Jesús utiliza para su entrada en Jerusalén, de esta manera, lo habitual de su tiempo; pero busca, sobre todo, el cumplimiento de la profecía, que coloca la escena en su verdadero lugar: evidentemente es un rey; eso sí, un rey manso y pacífico.
¿Quiénes hay junto a Jesús en la escena?
1) Los discípulos, que dos de ellos habían hecho lo que Jesús les dijo: ir a por el asno; y luego pusieron sobre él sus mantos.
2) La gente, que extendía sus mantos por el camino y lo alfombraban con ramas de árboles; gesto éste que manifestaba la proclamación de Jesús como rey, recordando lo de 2 Re 9,13: cuando Jehú fue proclamado rey (s. IX aC).
3) Y más gente, que delante y detrás gritaban ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!¡Viva Dios!
Escuchamos tres gritos:
- Hosanna al Hijo de David: “Hosanna” literalmente significa “Salva, por favor”; se toma del salmo 118,25 donde se reza: “Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad”. Y aquí se proclama de Jesús como rey, descendiente de David, “Hijo de David”. Aquel “hosanna” hoy sería nuestro “¡Viva!”: ¡Viva el Hijo de David!
- Bendito el que viene en nombre del Señor: Valdría la expresión para todo peregrino que sube a Jerusalén, pero aquí tiene de fondo el salmo 118, 26. Mateo, buen judío, nos indica también que Jesús es el Mesías anunciado.
- Hosanna en las alturas: Hosanna en el cielo, tercer grito de alabanza
Y los jerosolimitanos
“Al entrar en Jerusalén toda la ciudad se sobresaltó preguntando: ¿Quién es éste?”
Son ahora otras gentes que no venían en la comitiva… No saben bien de qué va esto… Parece que no comparten el entusiasmo de quienes rodeaban a Jesús… Pero sí han visto algo sorprendente, y se interrogan, y preguntan.
Entendemos que es pregunta noble. Y los de la comitiva concretan lo que habían venido cantando y aclamando: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”.
Escena toda con cantos, aclamaciones y proclamación concreta final que era muy peligrosa para las autoridades de Jerusalén… como bien sabemos que así ocurrió.
Reflexión personal: Mi Domingo de Ramos en 2023
- ¿Cómo me sitúo yo hoy ante este Jesús que va a Jerusalén?
- De los grupos que aparecen, según como yo vivo: ¿en cuál voy yo?
- Y ahora voy a meditar las lecturas de la Eucaristía de hoy:
- Isaías 50, 4-7
- Filipenses 2, 6-11
- Mateo 26,14-27,66: Pasión del Señor.
DOMINGO DE RAMOS – A
2-abril-2023
BENDICIÓN DE RAMOS: Mt 21,1-11
- Dos aspectos esencialmente nos recalca la liturgia de este domingo:
1) Jesús es el Mesías esperado.
2) Jesús es Mesías entregando su vida en la cruz.
Jesús es el Mesías: Tres signos: un burro, unos mantos, unas aclamaciones (de
niños y de gentes sencillas).
- El Maestro, con sus discípulos, se está acercando a Jerusalén. En Betfagé, viendo ya la ciudad santa, Jesús se detiene y envía a sus discípulos a buscar un asno. ¿De qué va esto?
- Los profetas (Zac 9,9) habían hablado de que el Mesías entraría en Jerusalén montado en un asno: Jesús quiere mostrarse hoy como Mesías que es.
- El asno es humilde: no es el caballo, animal de jactancia y para la guerra. El asno es “el burro de carga”. El mesianismo de Jesús es humilde, callado, cargando con nuestros pecados…
- La gente intuye: éste es el Esperado, el Mesías. Y lo expresan poniendo a su pies sus mantos, y alfombrando el camino con ramos de árboles.
- Y aclaman: ¡Viva el hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Nosotros en el domingo por la mañana:
- Aclamamos por la calle que sí, que es el Mesías, que es el Señor. Hacemos expresión pública de nuestra fe. Nuestra fe ha de salir a las calles y a las plazas: hemos de mostrarnos seguidores fieles de este Maestro, de Jesús de Nazaret. Iglesia en salida (EG).
- Hacemos nuestra procesión aclamando, cantando y expresando con nuestros ramos que adoramos a Jesús de N., porque es Dios, nuestro Dios.
EN LA EUCARISTÍA
A) En la calle se vive el primer gesto:
- Jesús de Naz. es el Mesías, es el Señor: lo hemos aclamado por la calle.
- Y así expresado con 3 signos: burro, ramos y mantos, aclamaciones.
B) La Palabra de Dios escuchada nos introduce de lleno en el misterio:
Is 50,4-7: Este Mesías aclamado es un siervo, es Mesías siendo Siervo de
Yahvé.
- Siervo/discípulo: cada mañana abre el oído para escuchar a Dios: Jesús escucha al Padre, viene a hacer la voluntad del Padre.
- Siervo en el dolor: este Mesías asume el dolor de los hombres, el dolor de toda la humanidad: No me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban. No oculté mi rostro a insultos ni salivazos.
- Está seguro en Dios: Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba defraud.
- Y su lengua da Buena Noticia: Se me ha dado la lengua para saber decir al abatido una palabra de aliento.
= Un Mesías discípulo, obediente, decidido, entregado… Y confiado plena.
Filipenses 2,6-11: Ese Siervo ¿quién es? Cristo es ese Siervo
- Cristo es de condición divina, es Dios, pero se despoja de todo y toma condición de esclavo, como uno de tantos.
- Más: se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. La muerte de los malhechores, de los criminales, de los excluidos…
- Y desde ahí, por eso, el Padre lo levantó sobre todo, y toda rodilla se dobla ante él, y toda lengua proclama: Es el Señor.
= JC es el Señor, es Señor en curva descendente y, desde ahí, ascendente.
Pasión: Mt 26,14-27,66
- Ahí se nos ha proclamado el culmen… Si faltaba algo que ver en Cristo, lo hemos visto ahora ya “hasta el final”, hasta entregar hasta su sangre.
- Lo sufre todo, lo más que nos puede suceder a cualquier hombre. Sufre él: la traición de discípulos, el abandono de la gente, la persecución de todos los poderes, el silencio del cielo, la mentira, el engaño, el juicio orientado a su muerte, la condena, los azotes, las burlas, la vía dolorosa, la cruz…
- Sencillamente, en silencio, contemplamos, no tenemos palabras, admiramos…
Y entre tanto dolor, traición y burla… algunos entendieron algo:
- Simón de Cirene, que ayuda a llevar la cruz… El centurión y sus hombres: Realmente este hombre era Hijo de Dios… José de Arimatea, que pidió a Pilato el cuerpo de Jesús…
- Y María, junto con otras mujeres, un pequeño grupo: que lo seguían para atenderlo y estuvieron al pie de la cruz.
C) En todo este proceso:
- ¿Dónde estoy yo en estas escenas?
- ¿Cuál es mi concepción de Mesías? ¿Qué Mesías espero?
- ¿Cómo, por qué y por quién estoy yo entregando mi vida?
= Contemplemos al “Maestro”…
Y nos miramos a nosotros, “discípulos”…
Antonio Aguilera