Domingo del Buen Pastor / Jornada de oración por las Vocaciones
«Vocación: gracia y misión»
Del Evangelio
Acabamos de escuchar el relato del Evangelio en que Jesús nos habla de un redil, donde están las ovejas, y cómo hay una puerta de acceso a ese redil que, lógicamente, es la que utilizan los buenos pastores, el verdadero pastor.
Él se identifica con esa puerta, aquí en el relato del Evangelio de Juan (10,1-10); más adelante (10, 11ss) dice, además, que él es el Buen Pastor.
Para entender bien el relato proclamado, podemos mirar el pasaje que narraban los versículos anteriores: Jesús había curado a un ciego de nacimiento. La sanación, que había sido en sábado, y porque el ciego había confesado que quien lo curó era Hijo de Dios, había hecho a los fariseos expulsar al ciego de la sinagoga y reafirmarse en que había que eliminar a Jesús.
Es decir, unos dirigentes religiosos, aquellos fariseos, “pastores” de las ovejas, no interesados en el bien de las ovejas (aquel pobre ciego) ni en entrar por la puerta de la aceptación de Jesús como Hijo de Dios.
Y Jesús, viéndolos, propone este precioso relato metafórico que acabamos de escuchar, este relato tomado de la vida pastoril: el rebaño está recogido en un corral, lo rodea un vallado, mientras un guarda vigila el acceso, la puerta.
Jesús se centra hoy en esa puerta que permite el acceso a las ovejas.
Hay dos maneras de entrar a ese corral, a ese aprisco, a ese redil. Todo depende de lo que se pretenda hacer con las ovejas:
- Hay quienes no entran por la puerta sino por otra parte, saltando la tapia: es evidente que no son el pastor, el buen pastor, sino salteadores, bandidos, extraños… Su objetivo no es ayudar a las ovejas, sino aprovecharse de ellas, robar, hacer daño…
- La actuación del verdadero pastor, del que conoce el sitio y conoce a sus ovejas es otra: entra por la puerta, va llamando a las ovejas por su nombre, ellas conocen y atienden su voz, las saca fuera, se pone a la cabeza de ellas y van caminando hacia los pastos donde se podrán alimentar…
Ver el salmo que recitamos hoy: El Señor es mi pastor… (Sal 22).
Y Las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.
El secreto de la puerta
¿Qué secreto hay en esa puerta que nos indica quiénes son los buenos pastores y desenmascara la malicia de los extraños que “entran por otra parte”, que son salteadores y bandidos, que sólo pretenden hacer daño?
Jesús nos da la clave del relato: Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas (vv 7 y 9).
Es decir, quienes entran por esa puerta son los que entran por Jesús, por el camino abierto por Jesús y las ovejas los reconocen, les siguen: son buenos pastores, esos quieren ayudar a las ovejas, esos harán el bien a la comunidad.
Jesús es la puerta que lleva a la vida, por la que se entra para hacer el bien.
Él, con su vida, con atención y cuidado a cada una de las ovejas, es buen pastor.
Entonces, ¿qué tenemos que hacer, hermanos?
Esta es la pregunta que hacen a Pedro y a los Once quienes los escucharon hablar de la Resurrección de Jesús: ¿Qué tenemos que hacer, hermanos?
Y es la pregunta que, ante Jesús, puerta de las ovejas y Buen Pastor nos hacemos hoy también nosotros: ¿Qué tenemos/tengo que hacer, Señor?
Pedro les dice: Convertíos, bautizaos en el nombre de Jesucristo…
y recibiréis el Espíritu Santo.
Es decir, convertirnos = -Dejar todo eso que no es bueno, que hace daño…
-Entrar por la puerta que es Cristo, por sus criterios,
por su forma de ser y de vivir…
-Dejarnos guiar por él, Buen Pastor.
Y recibiréis el Espíritu Santo
- Viviendo así, entrando por la puerta que es Cristo y dejándonos guiar por este Buen Pastor, haremos siempre el bien a los demás.
- Y preparamos la venida del Espíritu Santo,
- Que nos colmará con sus dones y nos capacitará para dar sus frutos.
Oremos por que el Señor nos conceda buenos pastores
Hoy, domingo del Buen Pastor, la iglesia entera rezamos por los pastores: que el Señor nos conceda pastores al estilo del salmo que hemos rezado… Rezamos
- Por los que ya estamos en la misión…
- Por las vocaciones consagradas que necesitamos…
Vocación: gracia y misión (Mensaje de Francisco para hoy).
- Por nuestros seminaristas, que se preparan para servirnos…
Y proponemos: Y a ti…¿te está llamando el Señor?
Antonio Aguilera