- Dos ejemplos malos y uno bueno
Los protagonistas de las lecturas de la Palabra de Dios que acabamos de escuchar son personas que, lógicamente, deberían estar al servicio de la comunidad:
- En el evangelio se habla de letrados y fariseos: habían de estar al servicio de la comunidad en la enseñanza de la Ley y en el buen ejemplo.
- En la 1ª lectura, según el profeta Malaquías (s. V aC), igualmente los sacerdotes debían obedecer a Dios, seguir bien su camino y proponerlo.
- En la 2ª lectura San Pablo ha de estimular y animar con buena actitud a aquella comunidad cristiana de Tesalónica, a los tesalonicenses.
Lo de estar al servicio de la comunidad sería lo correcto, lo adecuado, lo que Dios estaba pidiendo, pero he aquí que
- Dos se portan bastante mal: letrados y fariseos, según el evangelio; y los sacerdotes,según dice el profeta Malaquías.
- Y Pablo sí es fiel a lo que Dios quiere de él y a lo que la comunidad de Tesalónica necesita: Pablo es fiel a Dios y a los hermanos.
- Letrados y fariseos
“En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid… pero… ellos lían fardos… Todo lo hacen para que los vea la gente… Alargan filacterias y… buscan primeros puestos… que les hagan reverencias”.
Jesús observa a los letrados y fariseos, y ve que han copado la cátedra de Moisés: se sienten los educadores, los enseñantes de la Ley… Pero buscan su gloria, no la gloria de Dios; cargan fardos insoportables a los demás; se afanan por títulos y honores; quieren reverencias; trabajan para aparecer…
Esa comunidad religiosa así es profundamente corrupta, está podrida por dentro: ni buen ejemplo ni buena enseñanza; filacterias = franjas y borlas que debían recordar textos de la Sgda. Escritura pero que se habían convertido en llamativos adornos; la gloria de los títulos padre, maestro, jefe para ellos, no la gloria para Dios, que ha de ser el único Padre, el único Maestro, el único Señor.
- El mal ejemplo de los sacerdotes, 1ª lectura
Cuando hablaba el profeta Malaquías, Israel estaba sometido al imperio persa: los israelitas no tenían rey (gobernaba el gobernador persa) y los sacerdotes habían adquirido bastante poder, mucha influencia.
Podrían influir para el bien… pero el profeta los observa como hombres que no obedecen a Dios, no viven en el buen camino ni proponen la senda adecuada para que se vivan la fraternidad y la alianza en su pueblo: no guardan los caminos de Dios y son parciales al aplicar la ley; ofrecen un culto irreverente y no son fieles a su responsabilidad… Y el profeta levanta su voz contra ellos.
- Pablo, servidor de la comunidad
Escribe él: “Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Con tanto cariño que deseo entregaros mi persona… trabajando día y noche para no seros gravoso… Dando gracias siempre por vosotros…”.
Es Pablo así el buen servidor dentro de una iglesia viva y en camino; aporta luz y ganas con su tono sereno y entusiasta… Frente al mal ejemplo, desinterés, presunción y vanidad de escribas y fariseos del Ev. y sacerdotes de la 1ª lectura, Pablo ofrece ejemplo de entrega absoluta a los cristianos de Tesalónica: como una madre, trabajando día y noche por ellos…
- Propuesta de Jesús, el maestro
Jesús es el Señor y el Maestro, ¿verdad? Pues lo escuchamos… Y, según dice él, el ser y el actuar del discípulo ha de ser de la siguiente manera:
- La gloria es para Dios: maestro, padre, señor… eso es para Dios: uno solo es vuestro Padre… uno solo es vuestro Maestro… uno solo es vuestro Señor… ¿Nuestro título? Discípulo de Jesús, hijo de Dios, ¡nada más!
- ¿Y el primero entre nosotros? El primero entre vosotros será vuestro servidor. La primacía = el servicio = el Maestro lavando los pies…
- Y nosotros hoy, ¿por dónde? Vocación de Iglesia Diocesana
La iglesia, comunidad universal, comunidad diocesana y cada uno de nosotros, hemos de ser especialmente sensibles a lo que nos aporta la Palabra de Dios hoy. El mundo funciona con el esquema del poder, la apariencia, los puestos, los honores… ¿Y todo eso qué crea? Distancia, desigualdad, dominio…
Nuestro camino ha de ser otro: gastarnos sirviendo a los demás, desde la humildad y la entrega. Así pedimos hoy al Señor que sea nuestra Iglesia Diocesana, que celebramos hoy. Y damos gracias al Señor por su actividad en los últimos 12 meses: en que ha sido Iglesia celebrativa (5.053 Baut., 9.289 Confir., 5.448 Prim. Comu; 1.059 Matrim); con su Actividad educativa (75 centros concertados, 37.581 alumnos); con su actividad Caritativa y asistencial (205 centros, con 1.383 voluntarios, que han atendido a 49.724 personas). (Llévense el folleto Nuestra Iglesia).
Es motivo para dar gracias a Dios por la fe que vivimos y a las muchas buenas obras que nos lleva…
Es motivo para continuar implicándonos todos compartiendo hoy nuestros bienes, en ayuda y servicio para todas las necesidades de nuestra diócesis…
Es para orar a Dios: Haznos, Señor, la iglesia que Tú quieres que seamos.
Antonio Aguilera