1. “Maestro enséñanos a orar”
Recordamos aquella escena –nos llegaba en la Palabra de Dios de hace unos días– en que los discípulos le piden al Señor “Maestro enséñanos a orar”:
- Había un deseo de oración en ellos.
- Y Jesús les enseñó las palabras esenciales para orar: Padre nuestro… (las tres expresiones de alabanza); Danos el pan de cada día… (las cuatro peticiones sobre las necesidades básicas de cada día: el pan, el perdón, no caer en las tentaciones y quedar libres ante el mal).
También en otra ocasión ven los discípulos al Maestro orando, dando gracias al Padre: “Padre, te doy gracias porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”. Y los discípulos, tras ver así al Maestro, oran ellos.
Es decir, momentos de deseo de orar y de aprendizaje: Buena disposición, fácil camino para orar…
Pero ahora van para Jerusalén. Jesús sabe muy bien lo que Jerusalén va a implicar: el acoso de escribas y fariseos, la persecución, el apresamiento, la pasión y la muerte en cruz… Van a ser unas jornadas muy difíciles, muy crudas, muy duras… Ahí el orar de los discípulos no será fácil; y sin embargo ahí la oración será más necesaria que nunca.
Y Jesús les habla de perseverancia y de insistencia: es la parábola del evangelio que acabamos de escuchar, es hoy la instrucción del Maestro.
2. Perseverancia en la oración
En la parábola que nos recoge el evangelista Lucas, qué personas encontramos:
- Jesús: enseñando, animando…
- Los discípulos: atentos, escuchando, aprendiendo…
- La viuda: pobre, necesitada, rogando que se le haga justicia, insistente…
- El juez: inadecuado, que no quería molestarse, pero que, sin embargo, acaba haciendo justicia por la insistencia de la viuda.
Y Jesús dice a los discípulos (a nosotros hoy): tú como la viuda… insistencia, perseverancia en la oración… así quiere Dios… Y él hará justicia a sus elegidos.
Perseverancia que se nos muestra también en la 1ª lectura (Ex 17):
- El pueblo está en su tarea ordinaria en aquel momento, en este caso en lucha contra los enemigos.
- En la lucha con los enemigos se necesita la lucha normal y la oración: Moisés está en ello, con los brazos en alto.
= También nosotros: en la lucha de cada día, necesitamos la especial
fuerza de la oración.
La oración perseverante:
- La figura de Moisés, con las manos alzadas es signo gráfico del orante: su oración hace posible la victoria frente a los enemigos (Ex, 1ª lec).
- La tenacidad de la viuda consigue que el juez le haga justicia (Ev).
- Y con la oración perseverante, permaneciendo en el camino de la Sgda. Escritura, “el hombre de Dios estará perfectamente capacitado para toda obra buena” (2 Tim).
3. Es así. Y testigos de esto tenemos muchos en la hª de la salvación
El martes, Santa Teresa de Jesús: aquella Teresa de Ávila, siglo XVI, que con 18 años entra en el Carmelo y que con 45 emprende una gran reforma y la lleva a cabo. Y la oración fue el motor para su misión. La oración que es:
- Tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (Vida 8,5).
- Digo yo que para las mercedes grandes que me ha hecho Dios, la puerta es la oración… Y esa puerta la quiere abierta, limpia y con gana de recibirlo (Vida 8,9).
- Y a cuanto yo puedo entender la puerta para entrar en este castillo (en las moradas de Dios) es la oración… (1 Moradas 1,7).
4. Y hoy oramos especialmente por las misiones, día del DOMUND
Las misiones, los misioneros y las comunidades en tierra de misión.
¡Cuánta vida hay en esas gentes! ¡Tanta entrega, generosidad, servicio!
El lema nos dice Bautizados y enviados, la Iglesia de Cristo en misión en el mundo.
Esas gentes, esos misioneros enviados, Iglesia de Cristo en misión en el mundo, esas comunidades necesitan nuestra oración y nuestro apoyo económico: oración y compartir nuestros bienes.
Un compartir que hace milagros. Con unos euros nuestros, una misionera, un misionero da de comer a mucha gente, levanta escuelas de manera inexplicable, crea centros de salud donde uno no se imagina… ¡Colaboremos con ellos: son nuestra avanzadilla en la evangelización!
5. Esencialidad de la oración perseverante en nuestra vida, por tanto
Ante estas llamadas a la oración, unas preguntas:
- ¿Cómo es mi oración? ¿Qué tiempo dedico a algo tan esencial?
- Mi oración es desde la Palabra de Dios: Leed el Evangelio a la luz de la lámpara del Sagrario (San Manuel González).
- ¿Me lleva la oración a mejor servir a los demás, compartiendo mis bienes?
Antonio Aguilera