La misericordia del Señor llena la tierra(Salmo 33,5)
Sí, hermanos, esa es la experiencia que nos retratan de forma maravi-llosa las tres lecturas de hoy, el mensaje de Dios hoy en su Palabra, que yo lo centraría como en tres apartados:
- Caemos en la idolatría (lec 1ª, Ex 32).
- Dios es inmenso en su misericordia(Lc 15, las tres parábolas).
- Y ese Dios se compadece de mí y me capacita (2ª lec, Tm).
Hay como un proceso según el cual nos sabemos infieles y metidos en un muy pobre barro, Dios nos saca de ese barro y nos limpia, y ese Dios nos purifica y nos capacita para enviarnos, colaboradores suyos, a los demás.
1. Caemos en la idolatría
Hemos escuchado la primera lectura (Ex 32,7ss): Dios, por pura gracia, benevolentemente, había entregado al pueblo, tras liberarlo de Egipto y acompañarlo por el desierto, su plan de salvación para con él; había entregado a Moisés, representante y guía del pueblo, la Ley de Dios, los mandamientos que hacen libres y hermanos a los hombres.
Aquel pueblo, en vez de agradecer el don de Dios, el regalo de Dios, se pervierte y elige el camino de la corrupción, de la idolatría: se hacen el becerro de oro, se arrodillan ante él y le ofrecen sacrificios.
Así hizo aquel pueblo… Así hemos hecho, hacemos, nosotros muchas veces… ¿A qué becerros de oro adoramos nosotros hoy?
¿Ante qué metales nos arrodillamos?
- Ante el dinero:Es un gran dios el dinero, el ansia de tener, el acaparar… Las herencias rompen familias, destruyen amistades… Buena cara si vas con dinero, desahuciado si no lo tienes… ¿Lo que importa es el hermano o lo que tiene?… Relegamos la austeridad y el compartir.
Ellos habían adorado a un toro de metal, se habían desviado… Nosotros también, tantas veces, nos hemos desviado.
- Ante el parecer importantes: fama, poder, codearnos con los grandes, los títulos, las fotos…
La persona silenciosa, trabajadora, honrada… ahí queda…
Ellos se habían desviado… también nosotros nos desviamos en esto.
- Etc.
= Se habían desviado, nos hemos desviado… Caemos en la idolatría…
2. Ante ese hombre, desviado, Dios es inmenso en su misericordia
Las tres parábolas del evangelio de hoy nos dan clarísima idea de quién es Dios y de cómo es Dios: es el Padre, y es el Padre misericordioso: es el Padre que busca y busca y busca hasta encontrar lo perdido. Y se vive la progresión búsqueda – encuentro – fiesta.
En las tres parábolas de Lc 15, lo extraviado era de gran valor:
- la monedapara aquella mujer: un dracma era el salario de un día… Se detalla la búsqueda intensa: enciende la lámpara, barre, mira, busca con cuidado… Encuentra… Y fiesta con todas las vecinas: ¡Felicitadme!
- El pastor: tiene bien a 99 ovejas, pero una se ha extraviado… le interesa, le duele… deja las 99 y va por montes y barrancos a por la perdida… La encuentra, la acaricia, la carga sobre los hombros… y hace fiesta con los amigos: ¡Felicitadme!
- Y la gran parábola, conocida por todos los hombres: el hijo menor, el hijo mayor y el Padre, la parábola de El Padre misericordioso.Jesús teje en esta parábola un relato que es una verdadera obra de arte. Nos hallamos ante la parábola por excelencia para conocer quién es Dios y cómo es Dios:
El hijo menor: -Autosuficiente, ya sé conducirme yo solo, no os necesito para nada…
-Descalabro: vaciedad, sinsabores, sinsentido… pecado
-Reflexión y… vuelta.
El hijo mayor: -Rencor y no perdón…
-Ha estado en la casa del padre, pero no en el corazón
del padre… estaba “de cuerpo presente” pero muerto…
El padre: -Brazos abiertos, manos de padre y madre que abrazan.
-Búsqueda, salir al encuentro, dos veces: a la llegada del
menor, a la llegada del mayor.
-Acogida, alegría, fiesta con el menor; invitación al mayor.
= Así es Dios, así es su forma de actuar: La misericordia del Señor llena la tierra(Sal 33,5).
3. Ese Dios misericordioso y compasivo se compadece de nosotros y nos capacita
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que mi hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio,decía Pablo(2ª lect. Tm 1,12).
Efectivamente, ese Dios compasivo y misericordioso se ha fijado en ti, en mí, en cada uno de nosotros… Se ha fiado de ti, de mí, de cada uno de nosotros… Nos ha capacitado… Ha derrochado su gracia en nosotros.
Por tanto:
- Ante Él: entendámoslo cómo es… Dios que sale al encuentro, que te acoge, te levanta, te abraza, Dios que hace fiesta contigo…
- Ante los demás: muy atentos nosotros a mirar y tratar como Él mira y trata.
Antonio Aguilera