1. La lógica de los hombres: guarda tu vida
Acabamos de escuchar la Palabra de Dios que hoy se dirige a cada uno de nosotros, a nuestro corazón, para irnos transformando, para irnos plenificando.
En la primera lectura (Jr 20, “Confesiones”)
-el profeta Jeremías se queja.
-Ha sido llamado a una vocación grande: ser profeta de Dios…
-Pero resultado: se burlan de él… Es el hazmerreír de la gente…
El mensaje que proclama es duro: destrucción…
= Se sabe despreciado.
En el Evangelio (Mt 16,21-27) observamos un Pedro que
-ante el anuncio de Jesús de que ha de sufrir (= entregar la vida),
-lo increpa, trata de apartarlo de ese camino…
-Quiere apartar y apartarse del sufrimiento… y huir del dolor.
= Como vemos, una lógica -muy humana, muy nuestra…
-el dolor, lo difícil, el sufrimiento… no.
Es la lógica de hombres: Tú piensas como los hombres, dice Jesús.
2. La lógica de Dios: entrega tu vida
Pero en la misma P. D. de hoy observamos otra lógica, la del Señor:
2ª lec: No os ajustéis a este mundo = a los criterios de este mundo,
(Rm 12,1-2) a las formas de pensar de este mundo.
Evangelio, Jesús lo concreta:
- en sí: He de entregar mi vida, he de ir a Jerusalén y padecer allí…
- en los demás: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo…
= Es otra lógica, la de entregar la vida -aunque cueste,
-hasta la cruz, si es necesario.
Curiosamente Cristo fue delante: caminó por esta senda…
= Esta senda, la entrega total, es camino de salvación.
3. Nosotros: discípulos de Jesús
Nosotros muchas veces no entendemos el entregar la vida, el ponernos nosotros después de los demás, no entendemos nuestro dolor, rechazamos el sufrimiento…
¡Qué difícil es aceptarlo! A pesar de que sabemos muy bien que Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da fruto:
- Si el grano de trigo pudiera hablar, ¿no se quejaría de tener que pudrirse? Pero cayendo en el surco… da mucho fruto.
- Si la vela… derretirse… Pero derritiéndose da luz.
Y, desde luego, seamos realistas: aunque no lo queramos, aunque nos cueste, el sufrimiento y el dolor llegan en la vida, a través de la edad, de la enfermedad, de problemas familiares, de… mil formas…
Es claro: el dolor llega, el dolor está… (¡Imposible escaparnos!).
Y nos caben dos lógicas:
- La del consejo de Pedro: huir de él… ¡Lejos de ti eso, Señor!
- La de Jesús: entregar la vida, abrazar la cruz, unirnos nosotros a la cruz de
Cristo, unirnos con Él en la senda de la redención…
= Por tanto, discípulos de Jesús, digamos: ¡Aquí estoy contigo, Señor!
No entiendo, me rebelo, pero… ¡aquí estoy junto a ti, caminando unidos!
= Es ofrecernos como hostia viva (2ª lec). Este es el culto razonable.
Es hacer de nuestra vida una ofrenda a Cristo:
-Cada día, en cada momento…
-En el altar pongo el pan y el vino… y mi vida entera…
4. ¡Ánimo y adelante!
En nuestra vida está lo difícil, el dolor, el sufrimiento, la cruz…
Pero -¡Vamos con el Señor!
-Entregamos nuestra vida con el Señor: mi cruz unida a su cruz…
-Nuestro sufrimiento, junto al suyo, es redentor, es fructífero…
Él supo entregarlo todo, y nosotros caminamos con Él.
Tomamos nuestra cruz y lo seguimos.
Y habrá luz, como la hubo en su vida… ¡Habrá resurrección!
Buenos discípulos, por tanto, vivamos:
- Seducidos por el Señor, como el profeta Jeremías(1ª lectura).
- No nos ajustemos a los criterios de este mundo (2ª lectura).
- ¡Vayamos con el Señor! Que Él va delante (evangelio).
- Y acompañados por María, la Madre, que sabe
- de dolor: Santa María al pie de la cruz, en el Calvario…
- Y de victoria: Virgen de la Victoria…
(Hoy: 5º día de la Novena, en la Catedral:
participemos)
Antonio Aguilera