Cristo se ha humanado
Hemos vivido estos días anteriores la conmemoración de un aconteci-miento histórico: el Nacimiento de Jesús. Hemos revivido aquellas escenas de los pastores, de Belén, de un pequeño niño entre pañales, de unos padres pobres pero llenos de ternura, de unos ángeles que cantaban Gloria a Dios en los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, de la Sagrada Familia…
Y nos hemos dicho: Dios se ha acercado a nosotros, los hombres.
Y lo hemos admirado, y lo hemos adorado.
Hoy, Domingo 2º de Navidad, la primera lectura y el evangelio nos hacen profundizar en el misterio que hay tras ese acontecimiento histórico:
- Alguien, sabiduría de Dios (lec 1ª. Eclo) y Verbo de Dios, Palabra de Dios (evan. Jn) está profundamente enraizado en Dios y está profunda-mente enraizado en el hombre, en el pueblo llano, en la gente sencilla.
- Ese alguien es el mismo Cristo: Cristo humanado. = Dios y hombre.
= La Palabra de Dios, el Verbo, Dios mismo, su propia palabra, es el Hijo.
Y el Hijo, Cristo, está entre nosotros = El Verbo se hizo carne.
Caemos de rodillas
En la liturgia de Navidad, rezando el credo, al decir el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, realizamos un gesto especial de adoración.
Si hoy nos dijeran, por primera vez, “Dios se ha hecho hombre para estar contigo, Dios se ha acercado a tu casa”, caeríamos de rodillas, ciertamente que sí.
Pues eso es así de cierto, así de verdad: no nos acostumbremos… Caigamos de rodillas y adoremos a ese Dios que se ha humanado y se acerca a nosotros… caigamos de rodillas extasiados y agradecidos.
Él es la luz, el amor, la vida
Caigamos de rodillas, admirados y agradecidos, porque:
Dios es luz: -Muchas veces nuestra vida es noche… No vemos por dónde tirar:
¿Qué hago con los hijos? ¿Qué hago con mis padres? ¿Qué hago con mi cónyuge? ¿Qué hago con tal asunto…? ¿Qué hago con tal otro…?
-Sufrimos miedos, dudas…
-Él ha llegado a esta noche nuestra y nos zarandea, nos orienta, el
túnel tiene salida… Nos está diciendo: ama, ilumina…
Dios es amor: -Tenemos llagas, Dios besa nuestras llagas…
-Mis hermanos tienen llagas: he de besar las llagas de mis
hermanos… familia, vecinos, enfermos… Involucrémonos en la
vida de los hermanos “tocando la carne sufriente de Cristo en el
pueblo” (EG 24).
-He de abrir mi corazón al enemigo, he de perdonar siempre…
= Cristo ha sabido besar al leproso, perdonar al que le crucificaba,
tomar entre los íntimos al mismo que lo iba a vender…
Dios es vida: -La muerte nos envuelve: pandemia, rencor, odios, cerrazón,
droga, usar y tirar el cuerpo del otro/a, persecución…
-Pero Él a unos da fortaleza, a otros sabe cambiarles el corazón:
Y así Zaqueo, de ladrón pasó a ser discípulo; y la Magdalena,
encontrándose con Él, descubrió que era persona y era respetada,
que tenía vida y luz…
= Dios es luz, es amor, es vida… -pongamos el corazón plenamente ante Él.
-arrodillemos nuestra vida ante Él.
Tenemos necesidad de adorar: adoremos al verdadero Dios.
Dios nos ha bendecido en Cristo, y nos ha elegido en Cristo (2ª lec. Ef)
Dios puso su casa entre nosotros, al mundo vino, es luz, es vida: se hace hombre, está junto a nosotros, es buen vecino…
Digamos nosotros lo que dice Pablo a los cristianos de Éfeso (2ª lec): Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo…Y nos eligió en Cristo… para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Esto es, Dios nos ha bendecido en Cristo y nos ha elegido en la persona de Cristo: Si Él pone su vida entre nosotros, yo tengo que poner ya mi vida entre los demás. Él es Dios, y yo canal de Dios para los demás y entre los demás:
- Si soy padre/madre: me corresponde poner mi vida en mis hijos: en cantidad y en calidad… en cariño, en exigencia, en educación, atención…
- Si soy hijo/hija: me corresponde poner en casa cariño, colaboración, ayuda, escucha, disciplina, educación con todos…
- Si soy novio/novia: me corresponde acrecentar el cariño, enfocar bien el camino, esforzarnos por construir juntos, por un proyecto común…
- Ciertamente soy vecino: me corresponde estar disponible para los demás, la corrección, la educación, las palabras amables, el servicio…
En resumen: Dios, en Cristo, quiso vivir con sus puertas abiertas de par en par junto a nosotros… Vino a los suyos, y a quienes lo recibieron les dio poder para ser hijos de Dios (evan. Jn), los bendijo y los eligió (lec 2ª. Ef)…
Pues vivamos según lo que somos: ¡Vivamos como hijos de Dios!
Antonio Aguilera