1. Días grandes del Señor
Hemos celebrado en el mes de mayo y en lo que va de junio días grandes de Dios: Ascensión del Señor a los cielos, Venida del Espíritu Santo en Pentecostés, y día de la Santísima Trinidad. Hemos celebrado, por tanto, Jesús a la derecha del Padre, el Espíritu que fortalece y guía nuestra vida, y la Trinidad Santa –el Padre, el Hijo y el Espíritu- en comunidad de amor y al servicio de los hombres.
Hoy tenemos otra gran fiesta, el Corpus Christi: Tres días hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y día de la Ascensión.
La fiesta del Corpus nos recalca la presencia del Señor en nuestra vida, su presencia. Jesús les había dicho a los discípulos:
- Caminad por el mundo, id y haced discípulos míos en todos los pueblos…
- Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Y para ello, para vivir así, en la Eucaristía tenemos su presencia constante, continua, plena…
2. Presencia suya expresada en contexto de Pascua
Aquel Jueves Santo estaban en contexto de Pascua, celebraban la Pascua judía Jesús y sus discípulos.
La Pascua para el judaísmo tenía el valor de ser su fiesta fundante como pueblo y de ser fiesta de liberación.
La Pascua de Jesús para nosotros también tiene ese valor de presencia fundante: la presencia de Jesús nos da cimiento, consistencia y vida; y tiene valor de fiesta de liberación total y absoluta: en Jesucristo nuestros pecados son perdonados y nuestra vida es totalmente rehecha.
Y su presencia nos la expresa el Señor en el rito del pan y del vino, convirtiéndolos Él –que lo puede todo- en su Cuerpo y su Sangre para ser vida en nosotros y ser el alimento que necesitamos.
3. Eucaristía, sacramento de presencia, entrega y comunión
La Eucaristía es, por tanto, sacramento de la presencia de Jesús que nos da cimiento para ser mujeres y hombres de Dios; y es sacramento que nos alimenta y nos da y fuerza para caminar según el Evangelio por los caminos de la vida.
La Eucaristía, sacramento de la entrega total del Señor: no fue lo suyo sólo darse, fue quedarse para siempre.
Y aquí lo tenemos siempre, en el altar cuando celebramos la Eucaristía.
Y en el sagrario constantemente escuchándonos, atendiendo nuestros cansancios, iluminando nuestras dudas, dispuesto a nuestras plegarias, amigo fiel y amigo siempre con la puerta abierta.
La semana tiene 24 horas x 7 días = 168 horas. 168 horas x 4 cuartos de hora cada una = 672 cuartos de hora. A Él, que es el amigo fiel, de esos 672 cuartos de hora que tiene la semana, ¿cuántos cuartos de hora le dedicamos a estar con Él, a escucharlo, a conversar con Él, a contemplar su persona?
¿Verdad que la cuenta es muy sencilla? Y el resultado impacta, ¿verdad?
¡Vamos a dedicarle su tiempo al Señor! ¡Vamos a disfrutar de la presencia y la conversación con el amigo que nos ama!
4. “Tiende tu mano y enrédate”
Y la Eucaristía es sacramento de comunión. Comunión de todos nosotros con Cristo, comunión de todos los bautizados en iglesia, comunión de todos los parroquianos en parroquia, y comunión de todos nosotros con todos los hombres. Una perfecta red nos une a todos y nos abarca a todos.
Comunión de todos nosotros con todos los hombres y mujeres, especialmente con los más necesitados, que la expresamos y canalizamos a través de Cáritas. Cáritas, la forma mejor de canalizar comunitariamente nuestra ayuda a los hermanos.
Necesitan muchos hermanos esa ayuda. Y necesitamos nosotros, para ser hermanos, ayudar.
Este año Cáritas-Málaga en el Día de la Caridad, en el Corpus Christi, nos dice: Tiende tu mano y enrédate. Enrédate, sí; implícate, sí, porque miles de familias afectadas por la crisis logran salir adelante gracias a quienes con generosidad tienden su mano.
Vivir eucarísticamente conlleva crear lazos de comunión en un mundo roto y enfrentado. Vivir eucarísticamente es compartir todo aquello que nos sea posible. Vivir eucarísticamente es servir. Vivir eucarísticamente es vivir amando, es tejer una red común de ayuda entre todos.
5. Día del Corpus…
Día del Corpus, día de la entrega, día de la presencia, día de la comunión.
Día de ser muy generosos para con los hermanos necesitados.
¡Que disfrutemos la jornada!
¡Y que nos impliquemos en lo que nos pide esta gran fiesta!
Y día para agradecer y orar por tantos, tantísimos, voluntarios que
trabajan en Cáritas, siendo iglesia al servicio de los más necesitados.
Antonio Aguilera