LA CRISIS COMO ENSEÑANZA
Test de autoevaluación para la «desescalada»
Por Alfonso Crespo Hidalgo (18 de mayo 2020)
CON TEMOR Y TEMBLOR, DESPUÉS DE UN LARGO TIEMPO DE CONFINAMIENTO, hemos vuelto a empujar las puertas para recuperar la libertad de salir de casa. No estamos seguros de que sea el final o simplemente una tregua. Francisco, con su capacidad periodística de dar titulares, nos ha dejado un lema para la post
pandemia: «toda crisis es un peligro pero también una oportunidad de conversión».
Todos hemos aprendido por sorpresa una palabra: «desescalada», que no existe en el Diccionario. Al verbo «escalar», cuya acción hemos ejecutado «subiendo» las escaleras de casa, le hemos asignado un contrario: «desescalar»; hasta ahora simplemente ejecutábamos esta acción «bajando» las escaleras. No se trata solo de una cuestión lingüística, el buen uso de las palabras puede cargar de eficacia nuestras acciones. ¿Qué nos dice el Diccionario sobre el verbo «escalar»? Dos significados. Un significado físico: escalar es «subir, trepar por una gran pendiente o a una gran altura». Un segundo significado figurado: escalar es «subir, no siempre por buenas artes, a elevadas dignidades».
Podemos, también, recrear estos dos significados en el verbo «desescalar». Un significado físico: desescalar es «bajar por una gran pendiente, descender de una gran altura». Y otro, figurado: desescalar es «bajar, por buenas artes, por conversión del corazón, desde la altura del orgullo de mi saber hasta la llanura del deseo humilde de aprender». Los montañeros expertos aseveran que es más costoso subir que bajar y advierten que es más peligrosa la bajada que la subida: ¡podemos despeñarnos! Comenzamos a bajar hacia la «nueva normalidad» y conviene que ahondemos en las claves de una «desescalada provechosa», en el significado figurado del término: bajar con pobreza y humildad, características del discípulo que desea aprender lo esencial y beber en la novedad del Evangelio.
Te ofrezco un test, en 10 PREGUNTAS, para evaluar lo que hemos aprendido…