Es en Dios en quien debemos encontrarnos. El caminar de todo cristiano tiene que ser un ir permanentemente en su busca. Porque en Él encontraremos la paz de la que tan necesitados estamos. Cuando hayamos llegado a su presencia, nos reconoceremos tal cual somos. Con nuestras debilidades y miserias. De esta forma podremos ponernos a trabajar para corregir nuestras imperfecciones. Con su ayuda, nos resultará mucho más sencillo.
Si realmente queremos ser cristianos de verdad, fijémonos en María, nuestra madre en la fe. Ella siempre estaba dispuesta a servir a los demás. Renunciaba