1. Imagen del pastor
Probablemente hace tiempo que la mayoría de nosotros no hemos visto un pastor con su rebaño de ovejas por los campos. Viviendo en la ciudad quizás hemos desconectado de esa imagen tan expresiva y tan bonita.
Pero algo sí la conocemos, recordamos la imagen del pastor… ¿Quién es?
- Es el hombre plenamente dedicado a sus ovejas.
- Busca la mejor comida para ellas, los mejores pastos.
- Las acompaña desde el amanecer hasta la noche, y de noche también.
- Así 365 días al año: día y noche, siempre, al servicio de ellas.
- Atento a la enferma, a la que no puede más, a la herida, a la que se ha extraviado, a la que ha quedado atrás…
Una vida por completo dedicada al bien de las ovejas: dando su vida por ellas, conociéndolas, queriéndolas… y especialmente atento a ala más débiles.
2. Hoy: Jesús, Buen Pastor
Pues Jesús se nos presenta hoy, se nos revela, como Buen Pastor: en otros momentos lo hemos oído decir: Yo soy la luz del mundo… Yo soy el pan de vida… Yo soy el camino, la verdad y la vida…
Y hoy nos dice: Yo soy el Buen Pastor.
Y en tres cosas podemos fijarnos, especialmente, recordando el evangelio que acabamos de escuchar: entrega, conocimiento y misión:
a) Jesús dice que “el B. P. da la vida por sus ovejas”
- Cuando alguien te quiere mucho, con amor fuerte, ¿pasa de ti? ¿Verdad que no?
- Cuando alguien te quiere mucho a ti, ¿te da sólo sus cosas o es capaz de dar hasta su vida por ti? Lo da todo: su tiempo, sus preocupaciones, el sueño, el descanso… Pensemos en un padre o en una madre: ¿sólo dan cosas o dan cariño total y preocupación total y siempre por los hijos? Se des-viven para que los hijos tengan vida. Los padres sabéis muy bien que un día se empieza a ser padres: se empieza… y eso ya no acaba nunca.
Yo creo que así son “buenos pastores”… Y, por tanto, “santos”.
Francisco, el papa, nos dice en su precioso escrito “Gaudete et Exsultate” (“Alegraos y regocijaos”) que son “Los santos de la puerta de al lado: Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: en los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan por llevar el pan a su casa …” (GE 7).
(Invitar a releer, meditar, compartir en grupos… este preciosos escrito).
- El que es Buen Pastor entrega por ti su vida, su propia vida.
= Pues esto hace Jesús por cada uno de nosotros.
Siempre y hoy se entrega por completo por ti, por mí… ¡Qué alegría!
b) Dice, además: “conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí”
- Él, Jesús, me conoce; y yo le conozco a Él.
- Él nos conoce: sabe cuando estamos alegres, cuando estamos cansados, cuando somos generosos, cuando hay en nuestro corazón algo que no va bien, cuando somos buscadores de la verdad, cuando caminamos en honradez… ¡Lo conoce todo de nosotros!
- Él conocía muy bien a Pedro… A Natanael, que era un verdadero israelita… A la samaritana… A Zaqueo… A Marta y María… A Leví…
- Conoce la vida del pescador, del sembrador, del ama de casa…
¡Nos conoce!
- Y nosotros lo conocemos a Él: Las mías me conocen a mí… Sabemos bien que ¿Adónde vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna…
- Tú y yo, cada uno de nosotros, lo conocemos: nos hemos sentido llamados, le hemos respondido, reímos y lloramos con Él en la oración…
= ¡Qué grande y qué bonito es esto!
c) Y añade: “Tengo otras ovejas… También a ellas tengo que apacentarlas “
- Es la misión. La misión de Jesús es ir a todos los hombres, salvando.
- Jesús nos da su Espíritu. Y el Espíritu Santo nos envía a todas las gentes.
- Cuenta con nosotros para que vayamos a todos haciendo siempre el bien.
-Haciendo el bien en nuestra familia…
-Haciendo el bien en nuestro trabajo, en el colegio…
-Haciendo el bien entre los amigos… con los vecinos…
= Jesús cuenta con nosotros para que hagamos el bien a todos.
Y el Espíritu Santo nos da fuerza para que así vivamos:
-¿Estamos dispuestos a vivir haciendo siempre el bien?
-Claro que sí… ¡Vamos adelante!
3. En síntesis
– Él, Jesucristo, Buen Pastor.
– La Iglesia, con sus luces y sus sombras, nos pastorea.
– Cada uno de nosotros, colaboradores del Buen Pastor en comunidad,
en Iglesia.
¡Y la Virgen, Pastora con Jesús, Divina Pastora,
nos acompaña, ayudándonos a seguir el camino de su Hijo!
Antonio Aguilera