1) 1ª lectura: Elías se desea la muerte
– El abatimiento del profeta: “se deseó la muerte… yo no valgo…” Se sentó hundido.
– Es el tiempo del rey Ajab: -Idolatrías, dioses falsos… Acaparamiento de tierras…
-Ley del más fuerte: Ajab-Jezabel, rey-reina, matan a
Nabot para robarle su viña…
-Desacreditan el verdadero culto, el camino recto…
-Los que se oponen son eliminados… Elías lucha, pero…
– También nosotros hoy quizás vivimos ocasiones parecidas a la del profeta Elías:
- Tenemos buena voluntad, queremos luchar, nos esforzamos…
- Pero idolatrías continúan y grandes: culto al poder, al acumular, a la ley del más fuerte, dirigentes a su interés, irresponsabilidad en tareas, enchufismo…
- En tanto que grandes problemas -de la humanidad: inmigración, hambre…
-de familias en la crisis… de violencia…
-de nosotros: enfermedad, educación hijos…
= Reacción: Yo no valgo, yo no puedo… Elías “se deseó la muerte”…
2) ¿Qué le ocurrió a Elías? ¿Qué puede pasarnos a nosotros?
– Elías -Buscaba al Señor, buscaba el buen camino, honradez, responsabilidad…
caminaba hacia el Monte Horeb… monte del encuentro con Dios…
-En el agotamiento, el Señor se le hace el encontradizo, lo anima: “come, bebe,
¡a caminar!”
– Elías oyó al Señor, escuchó su voz, acogió su alimento… Y caminó hasta el monte de
Dios: “Levántate y come, que el camino es superior a tus fuerzas”, le dice Dios.
– Nosotros: -También tenemos la P. de Dios: -Él mismo se hace el encontradizo con
nosotros cada día…
-Nos anima, nos abre perspectivas para
caminar…
-Y tenemos el mejor pan para ese camino, el gran alimento: el mismo
Dios, la Eucaristía… “Comer” a Jesús, comulgar con Jesús…
– Aquel Jesús de Nazaret, el hijo de José y María según sus paisanos, el hijo del
carpintero, tenía –y tiene- algo muy especial… En el evangelio hoy nos dice:
- El que cree en mí tiene vida eterna…
- Yo soy el pan de vida…
- Yo soy el pan vivo bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre…
- El pan que yo daré es mi carne para la vida eterna…
3) Con este fondo, dos cuestiones:
- Problemas sí… Dificultades, ¡seguro! Siempre las tendremos… todos…
- Pero… -¿Nos hemos creído de verdad la Palabra de Dios?
-¿Nos hemos creído de verdad que Él es el pan de la vida?
¿O seguimos alimentándonos de palabras vacías y de panes que no
sacian?
¡Rompamos con nuestra vida hueca y entremos en la hondura de Dios!
- Necesitamos -Escuchar con atención y cariño a Dios y a cada hermano…
-Mirar a las personas y a la vida con los ojos de Dios, como Dios
las mira…
-Mirar desde Dios: Él está presente, Él está a nuestro lado…
- Necesitamos mirar y atender a los otros como Él mismo nos indica hoy, según nos exhorta Pablo en su carta a los Efesios (2ª lectura):
- Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los insultos, toda maldad…
- Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó…
- Sed imitadores de Dios… Vivid en el amor como Cristo os amó…
- Y esto se llama hoy: eliminar toda corrupción de nosotros y de entre nosotros, trabajar con honradez y responsabilidad, llevar una vida limpia…
- Sí, esto, desde luego, fundamentados en Cristo, la gran razón de nuestras decisiones…
Jamás fundamentados en nuestras fuerzas solamente….
La verdad auténtica y la fuerza verdadera están en el Señor.
4) Por tanto, alimentémonos con su pan:
- Yo soy el pan de vida… dice el mismo Señor…
- El que cree en mí tiene vida eterna…
- El que coma de este pan vivirá para siempre…
= Tenemos su Palabra, y lo tenemos a Él mismo como pan de vida…
¡Desterremos de nosotros toda malicia, toda corrupción, toda
irresponsabilidad, toda cobardía…!
¡Seamos imitadores de Dios (Ef)… fieles hermanos de todos!
En la familia, entre los amigos, en el entorno, en el trabajo…
-Imitadores de Dios, -Hermanos de todos.
- Con su Palabra y su Pan… ¡es posible!
Con el Señor… ¡tenemos fuerza!
Antonio Aguilera