Orar con insistencia nos lleva al encuentro
Hace unos días, entré, al final del día, en una iglesia cercana a nuestra parroquia. El silencio y la oscuridad del templo hizo, que me fijara en la parte iluminada del recinto sagrado. Mis ojos se fijaron en una preciosa estampa. Un sacerdote mayor delante del sagrario que ponia delante de Jesús toda la jornada. Al instante se me vino a la cabeza este Evangelio. Estar en vela con la lámpara encendida y la vida apunto, descubriendo la presencia del Maestro que viene abrir la puerta de la Vida para que compartamos con él los sin sabores y la alegría de la jornada.
Mantengamos la lámpara encendida de la presencia de Dios en nuestra vida para tener un encuentro constante con el Maestro.
Feliz Domingo. Buena semana.
Francisco José Ruiz Guillot