Este Viernes Santo he vivido, por primera vez, un Vía Crucis en la calle.
Nunca lo había rezado así, con tanta gente, y con toda mi familia. Lo han organizado como signo para hacer pública nuestra Fe. Ha sido precioso.
Cuando llegamos, uno de mis hijos me preguntó que por qué íbamos a eso, y le dije que era Viernes Santo, y que celebramos el día en que Jesús murió en la Cruz por nosotros. Empezó a llover en ese momento, y me dijo: “mami, por eso está lloviendo, porque los ángeles están llorando”. Me llegó al corazón.
Hemos hecho un recorrido bastante largo. Me ha encantado rezar en la calle, cantar, arrodillarme…. la gente nos miraba desde sus balcones, desde otras calles adyacentes, desde los bares de alrededor…¡me he sentido tan feliz manifestándome católica públicamente de esa manera!. Dios mío: que lo hagamos más, que no nos de vergüenza. Yendo a una iglesia, lo manifestamos, pero haciéndolo en público, en la calle, mucho más: ha sido maravilloso.
La última estación se ha rezado dentro del templo, y han colocado delante del altar la cruz enorme con la que se ha rezado por las calles. El párroco ha invitado al que quisiera a besar la cruz. Conforme me acercaba en la fila y la contemplaba, más ganas de llorar me daban. Besando la cruz he pedido al Señor aceptar toda Cruz que me mande, amarla, besarla, y llevarla con amor. Y ser un buen Cirineo para los que están cerca.
Fuente: Blog Testimonios de Amor