Junto a Fabriano, en el Piceno, región de Italia, san Silvestre Gozzolini, abad, que habiendo calado hasta el fondo la vanidad de todas las cosas del mundo, a la vista de la sepultura abierta de un amigo, fallecido poco antes, se fue al eremo, cambiando varias veces de sitio para permanecer más oculto a los hombres, y por fin, en el desierto, junto al monte Fano, trazó las bases de la Congregación de los Silvestrinos, bajo la Regla de san Benito († 1267).
Otros santos del día:
• En el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva de Roma, san Siricio, papa, a quien alaba san Ambrosio como verdadero maestro, ya que, consciente de su responsabilidad sobre todos los obispos, les dio a conocer los documentos de los Padres, confirmándolos con su autoridad apostólica († 399).
• En Adrianópolis, en Paflagonia, hoy día en Turquía, san Alipio, diácono y estilita, que murió casi centenario († después del año 610).
• En Constanza, en Suabia, en territorio de la actual Alemania, san Conrado, obispo, óptimo pastor de su grey, el cual hizo generosa providencia de sus bienes en favor de la Iglesia y de los pobres († 975).
• En Lacedemonia, en el Peloponeso, territorio de Grecia, san Nicón, monje, que, después de una vida cenobita y eremítica transcurrida en Asia, trabajó con celo evangélico para llevar a la vida cristiana a los habitantes de la isla de Creta, recién liberada del yugo de los sarracenos, y luego recorrió Grecia predicando la penitencia, hasta que falleció en el monasterio de Esparta, fundación suya († 998).
• En el lugar llamado Fratta Polesine, en el territorio de Rodigo, en la región véneta limitando con Venecia, región de Italia, muerte de san Belino, obispo de Padua y mártir, defensor eximio de la Iglesia, que, cruelmente malherido por unos sicarios, murió a consecuencia de las lesiones recibidas († 1147).
• En el monasterio de Sixt, de Canónigos Regulares, en Saboya, territorio de Francia, beato Poncio de Faucigny, que fue primero abad en Abbondance y, renunciando al cargo, quiso morir como un sencillo religioso († 1178).
• En Apt, en la Provenza, región de Francia, beata Delfina, esposa de san Elzear de Sabran, con el cual prometió guardar la castidad, y, después de su muerte, permaneció en la pobreza y en la oración († 1358-1360).
• En York, en Inglaterra, beatos mártires Hugo Taylor, presbítero, y Marmaduco Bowes, de los cuales, el primero, aún joven, por haber entrado en Inglaterra siendo sacerdote, y el segundo, en cambio, ya anciano, por haberle ayudado, fueron llevados al suplicio del patíbulo, en tiempo del reinado de Isabel I († 1585).
• En Biginiano, en Calabria, región de Italia, beato Humilde (Lucas Antonio) Pirozzo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, famoso por su espíritu de profecía y frecuentes éxtasis († 1637).
• En Roma, en el convento de San Buenaventura, en el Palatino, san Leonardo de Porto Maurizio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, desbordante de celo por las personas, empleó casi toda su vida en la predicación, en la edición de libros de piedad y en dar más de trescientas misiones en la urbe, en la isla de Córcega y por toda Italia septentrional († 1751).
• En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, hoy en Vietnam, santos Tomás Dinh Viét Du y Domingo Nguyen Van Xuyên, presbíteros de la Orden de Predicadores y mártires, que, por decreto del emperador Minh Mang, fueron degollados al mismo tiempo († 1839).
• En Passano, cerca de Vicenza, en Italia, beata Cayetana Sterni, religiosa, que, habiendo enviudado siendo aún joven, se entregó al servicio de los pobres, fundando la Congregación de las Hermanas de la Divina Voluntad, para atender a los menesterosos y enfermos († 1889).
• En Roma, beato Jacobo Alberione, presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó enteramente a poner al servicio de la sociedad humana los instrumentos de comunicación social para promover la verdad de Cristo, fundando, además, la Congregación de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol († 1971).
(Del Martirologio Romano)