Nos disponemos a comenzar una nueva andadura hacia la Pascua, pasando por el desierto cuaresmal donde Dios nos ofrece, una vez más, la oportunidad de adentrarnos, personal y comunitariamente en este tiempo de gracia y escuchar con el corazón, la voz de aquel que nos ha amado hasta el extremo, Jesucristo, el Señor…