El Papa Francisco animó, durante la celebración de la misa de la Epifanía del Señor, a salir en busca de Jesús, que es la “verdadera luz del mundo”. En la homilía, el Santo Padre hizo hincapié en la figura de los tres Reyes magos de Oriente que, en una actitud abierta a las sorpresas de Dios, salieron en busca del Mesías siguiendo la luz de la estrella. “Lo encontraron, pero no donde ellos pensaban. No en el palacio real de Jerusalén, sino en una humilde morada en Belén”.
El Papa dijo que “ninguno de los poderosos de la época se dio cuenta de que el Rey de la historia había nacido en su momento”. Porque la luz de Dios no va a aquellos que brillan con luz propia. Él se propone, pero no se impone, ilumina, pero no deslumbra.
Francisco señaló: “Cuántas veces hemos perseguido los destellos seductores del poder y del protagonismo, convencidos de que estamos haciendo un buen servicio al Evangelio, pero en realidad encendimos las luces en el lado equivocado, porque Dios no estaba allí”. “Cuántas veces, pues, como Iglesia, hemos intentado brillar con nuestra propia luz. Pero no somos el sol de la humanidad. Somos la luna que, a pesar de sus sombras, refleja la luz verdadera, el Señor: Él es la luz del mundo. Él, no nosotros.”
Su Santidad animó a imitar a los Reyes Magos para ir en busca de Jesús y ponerlo en el centro de sus vidas. Ellos “no discuten, sino que caminan; no se quedan a mirar, sino que entran en la casa de Jesús; no se ponen en el centro, sino que se inclinan ante Él, que es el centro; no se fijan en sus propios planes, sino que están dispuestos a tomar otros caminos”.