Al portal donde está el niño Dios hay que acercarse desde la más completa humildad, como pequeños ignorantes que se dejan llevar por la sencillez del amor. No queramos comprenderlo todo, porque en el nacimiento de Dios que se hace Hombre, lo que se palpa es la más desinteresada entrega de quien asumió nuestra naturaleza humana para librarnos del mal y hacernos herederos de su reino.
¡Basta de quejas sobre lo mal que está todo! ¡Basta de añoranzas de pasados tiempos que, al parecer, fueron mejores! Compartamos la alegría de ser