Jesús nos ha demostrado su inmensa bondad. Se entregó a la muerte por nosotros. Nos sigue dando su amor cada día. Él conoce hasta las más pequeñas de nuestras imperfecciones y miserias. No podemos engañarle. Lo sabe todo de cada uno de nosotros. Pero quiere que confiemos en él, plenamente. Que no tengamos miedo de descubrirnos como somos porque nos ama hasta el infinito y nos perdona siempre que acudimos a solicitarle clemencia.
Los santos nos llaman constantemente a seguir al Señor como Él quiere que le sigamos: sirviendo a los más necesitados. No hay otro camino si