Pongamos luz donde hay oscuridad, valientemente y sin complejos; hagamos el bien entre los que practican el mal, sin vanagloriarnos de ello; sembremos amor con nuestras obras de cada día, para que desaparezca el odio que enemista a los hombres y les vuelve irracionales. Así contribuiremos a crear un mundo más de acuerdo con los planes de Dios. No nos lamentemos de la situación en la que está el mundo, sino colaboremos a hacerlo mejor.
Sabemos que Ella, la Madre, está siempre a nuestro lado, echándonos una mano cuando lo necesitamos, manteniéndonos firmes en los momentos de flaqueza, orientándonos cuando