Si nos alejamos de Dios, el egoísmo en nuestras vidas se crece y dejamos de amar desinteresadamente; en cambio, la cercanía a Dios, que es Amor, nos da fuerzas para amar a los amigos y a los que se consideran enemigos, aunque no lo sean. Los santos llegaron a serlo porque supieron estar cerca de Dios sirviendo a los hombres más necesitados. Ninguno obró por quedar bien ante el mundo, sino por amor a Dios.
¡Basta de quejas sobre lo mal que está todo! ¡Basta de añoranzas de pasados tiempos que, al parecer, fueron mejores! Compartamos la alegría de ser