Imagen del día
Los halagos de los hombres no deben ser nuestra preocupación nunca. Porque a quien tenemos que complacer es a ti, Señor nuestro. Tú nos pides
Señor, aunque nos parezcan muchos y grandes los dolores internos y externos que tenemos que soportar a diario, sabemos que, si realmente te amamos como
No quieres, Señor, que nos quedemos cruzados de brazos viendo cómo muchos hombres y mujeres, hermanos nuestros pues también son hijos tuyos, aunque ellos no
Dios y Señor nuestro, concédenos la gracia de sentirnos siempre en tu presencia. Para que con nuestras palabras y nuestras obras podamos alabarte permanentemente y
Esposo de María y padre adoptivo de Jesús, señor san José, intercede por nosotros al Señor para que Él nos auxilie en los momentos de
Recibirte, Señor, en la Eucaristía, es fundirnos contigo, ser una sola cosa contigo. Para sentirnos que somos Tú. Por eso estamos obligados a no defraudarte,