Tengamos las MANOS UNIDAS de generación en generación para ser sal y luz del mundo
Ser sal y luz, ser el sabor nuevo de un mundo que se vuelve soso y luz para iluminar la oscuridad de la indiferencia. Jesús nos ayuda a unir manos y fuerzas para poder hacer de nuestro mundo un mundo más evangélico. Une tu mano a Jesús y el te unirá con otros muchos y deja que el Espíritu te convierta en sal y luz para el mundo.
Feliz domingo. Buena semana.
Francisco José Ruiz Guillot