Quiero queda limpio
«Si quieres puedes limpiarme». La oración del leproso está vacía de exigencias y de autoritarismos. Sin levantar la mirada, con todo su cuerpo tocando el suelo, este desecho social y religioso levanta el corazón hacia Jesús y ora pidiéndole que se haga su voluntad. Es la oración humilde parecida a la del publicano en el templo, a la de la mujer sirofenicia, a la del cinturón romano, que no exige, sino que suplica e implica ser mirado, tocado y amado por el Dios que todo lo puede.
«Quiero, queda limpio» y entonces el corazón vacío del leproso se llenó de vida y el desecho social y religioso se convirtió en humanidad amada por Dios.
Feliz domingo. Buena semana.
Francisco José Ruiz Guillot