El fuego y el espíritu nos eleva y nos mueve
Esta es lo hora en que el Espíritu rompe la corteza de nuestra vida para revivir nuestras parálisis y nos mueve con vitalidad para ser la Iglesia de Jesús Resucitado.
Una Iglesia que pese a sus miserias muestra la grandeza de Dios.
Un Iglesia enriquecida por la diversidad de dones y carismas que el Espíritu suscita y regala.
Somos la Iglesia de los fracasos humanos y de los triunfos de Dios.
Somos la Iglesia que celebra, anuncia y comparte su fe llenos del Espíritu que la rejuvenece.
Feliz Pentecostés, fiesta de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.
Feliz domingo. Buena semana.
Francisco José Ruiz Guillot