El Dios que desciende y se hace pequeño solo es encontrado por los humildes
¿Cómo tengo que dirigirme a Dios? Se preguntaría ese pobre publicano mientras subía al tempo. De camino iría pensando las palabras que usar, los recursos literarios con los que adornar sus miserias, sin embargo al llegar y descubrir que Dios lo miraba y lo amaba, solamente pudo decir “ten compasión que soy un pecador”.
Dios desciende a la miseria de nuestra vida para levantarnos y devolvernos la dignidad de hijos, y nosotros solo podemos responder con un corazón agradecido.
Feliz domingo. Buena semana.
Francisco José Ruiz Guillot