¡¡¡¡Es Jesús!!!!, solo Él hace milagros en lo cotidiano.
Jesús Resucitado vuelve al mismo lugar donde empezó la historia de amor con sus discípulos.
El lago de Tiberíades recuerda los inicios de la amistad con Jesús, la primera llamada a seguirles, aquel oficio de pescadores.
El Resucitado todo lo transforma en novedad. Es el mismo lugar pero no son las mismas circunstancias. Ha pasado el tiempo.
De nuevo, pasada toda prueba, superada la muerte y agarrados a la nueva vida, Jesús es reconocido por los apóstoles.
Pedro será para siempre «pescador de hombres» porque ha confesado por tres veces que ama al Señor de una manera más pura, más plena.
Juan, le indica que es el Señor. Es el joven, que con su mano nos indica dónde encontrar al Resucitado. Los jóvenes tienen mucho que enseñarnos, dejemos que nos indiquen cómo llegar a Señor.
A nosotros hoy Jesús nos pregunta: ¿tienes algo de comer?, ¿tienes algo que ofrecerme?
También hoy Jesús a ti, como a Pedro, te hace la misma pregunta, la única pregunta que merece la pena ser contestada: ¿Me amas? Y, ¿me amas más que todos estos? De nuestra respuesta, depende nuestra felicidad. Ojalá en lo profundo de nuestro corazón le digamos: ¡Señor, tú lo sabes todo! Tú sabes que te quiero, que te amo. ¡No te separes de mí!
Feliz Domingo del Señor Resucitado.
Salvador Gil Canto