Coloca en mí el audífono del evangelio
En algún momento hemos podido experimentar el tener los oídos entaponados y no escuchar bien o no escuchar nada. Se genera en nosotros una sensación de angustia.
Podemos vivir con los oídos entaponados y no escuchar la voz de la persona que se aproxima a nosotros, los sonidos de la creación, la voz del Maestro. Como el sordo mudo del evangelio Jesús se aproxima a nosotros y nos abre los oídos y la boca con su grito de libertad «Abrete».
Abrete para escuchar una palabra de esperanza.
Ábrete para escuchar al otros y poder ayudarlo.
Ábrete para vivir escuchando la Palabra del Maestro.
Ábrete para abrir tu vida a la vida del otro.
Feliz domingo. Buena semana
Francisco José Ruiz Guillot